No hay lección más alta, más confortante, más fecunda, que la que nos dictan desde la cátedra de los siglos, los seres humanos y los hechos heroicos. Esa pedagogía sublime, es la escuela de las naciones y el colegio de las multitudes, pletóricos de entusiasmo y anhelos de una mejor orientación para conquistar un porvenir más venturoso.
Próspero Pérez García
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